9 de octubre de 2017

Torres, 1920 Wall Street, Emporion

Esta semana nos metemos en la piel de brokers, construimos castillos y nos transportamos a la antigua Grecia. Desenfunda vaquero!!



Es increíble que tras casi 3 años no haya reseñado aún uno de mis abstractos preferidos. Con la reciente edición de Devir vamos a solucionar esa carencia.
La doble "K" (Kramer/Kiesling) parió en 1999 un excelente juego que heredó el sistema de puntos de acción implementado en la trilogía de la máscara (Tikal/Mexica/Java). 
En Torres los jugadores construyen castillos a base de erigir piezas que encajan al apilarlas, de este modo nos encontramos ante un juego en el que se verá reflejado en "3D" todo lo que hacemos, dando como resultado un final de partida muy llamativo y bonito.
El objetivo es situar nuestros caballeros (peones de colores) en las partes más altas de los castillos, ya que será como más puntos nos otorguen.
En su turno el jugador tiene 5 puntos de acción para realizar una serie de acciones: introducir 1 caballero en el tablero, mover caballeros, comprar cartas de acción (que dan acciones muy interesantes), usar cartas de acción, ampliar los mencionados castillos y por último, ganar un punto de victoria.
El juego se divide en 3 eras, al final de las cuales se realiza la puntuación de los castillos.
Por lo tanto vamos a puntuar en 3 ocasiones. Cada castillo en el que tengamos presencia nos dará tantos puntos como la superficie del castillo (casillas que ocupa en el tablero) multiplicado por la mayor altura a la que se encuentre uno de nuestros caballeros.
Por último tenemos el peón del Rey, que reportará puntos extra en el castillo en el que se encuentre.
La figura del rey estará en un castillo distinto en cada ronda, y su función es darle un valor añadido a dicho castillo.
Como veis el juego se explica en 5 minutos pero como todo gran abstracto esconde una gran profundidad estratégica.
"Torres" refleja perfectamente el estilo de juego europeo que se hacía en los años noventa, en donde la carga abstracta predominaba por encima del tema, pero además consigue mantenerse estupendamente tras casi 20 años desde su publicación. Un juego plagado de virtudes: sencillo de explicar, profundidad estratégica y una duración de partida muy bien ajustada son las principales virtudes que destacan en un juego precioso en mesa.
El conjunto se termina de redondear con las diversas variantes que ofrece y las "cartas maestras", que aportan un objetivo extra que los jugadores pueden intentar cumplir al final de la partida para rascar puntos extra.
Concluyendo, Devir nos trae una edición cuidada y muy vistosa de uno de los juegos abstractos más redondos que se han parido, ideal para jugar con todo tipo de jugadores.



Lo último de Looping Games viene empacado en una cajita cargada de contenido, pequeño pero matón. Vamos a verlo.
En 1920 un atentado en el distrito financiero de Nueva York se llevó por delante multitud de víctimas. Siguiendo la estela de su primer título, "1911 Amundsen vs Scott", los chicos del "rizo" vuelven a la carga con otro título ambientado en un momento histórico del siglo XX.
Esta vez somos brokers en pleno Wall Street, nuestro objetivo es conseguir participaciones de las diversas empresas para obtener puntos de victoria según la cotización final de cada empresa.
La mecánica gira en torno a un mercado de cartas que funciona mediante un rondel. Se prepara el mazo de juego y a su alrededor (en círculo) se sitúan las cartas que están disponibles para ser compradas. Cada jugador tiene un broker que debe mover por este rondel para adquirir las cartas, si quieres una carta que está a 3 pasos de tu broker, pagas 3 monedas (por mover 3 posiciones) y seguidamente pagas el coste de la carta para adquirirla (o descartarla). A muy grandes rasgos esto es el juego, iremos moviendo nuestro broker para ir adquiriendo cartas.
Las cartas son de 2 tipos diferentes:
Participaciones: representan acciones de cada empresa, al final de la partida por cada participación ganas tantos puntos como esa empresa indique en el mercado.
Fluctuaciones/eventos: estas cartas son las que hacen subir o bajar el valor de las empresas, aparte hay algunas cartas que realizan acciones especiales. Además estas cartas otorgan puntos de victoria al final de la partida.
El juego se desarrolla mientras los jugadores adquieren cartas, venden participaciones (para conseguir dinero) y aumentan su capital. En el momento que aparezca la carta de atentado en el mazo de juego se termina la partida. Es en ese momento cuando se otorgan los puntos de victoria por las participaciones y por las cartas de fluctuación/evento que hayamos adquirido.
Peeeero hay un detalle que hace que el la adquisición de participaciones sea emocionante, y es que hay que conseguir un mínimo de participaciones de cada empresa para que puntuemos por ellas, sino alcanzamos ese mínimo nos darán un carajo.
Por último hay un sistema de descartes con el cual se activa un evento negativo al final (de 3 posibles) que afectará a todos los jugadores. Un elemento muy bien calzado e importante en el transcurso de la partida.
1920 Wall Street es un juego que sorprende gratamente tras las primeras partidas y poco a poco va mostrando pequeños detalles que lo enriquecen, la temática está muy bien reflejada, el entreturno es fluido y el grado de interacción encaja muy bien en el rondel. Eso sí, es un juego que brilla en su rango alto de jugadores, como juego en pareja no lo recomiendo, pierde gran parte del encanto del "pisoteo".
A rasgos generales es un juego muy redondo, componentes y estética sobresalientes, empacado en un tamaño de caja perfecto del cual hay 0% de aire (aunque no creo que cojan las cartas enfundadas), temática bien calzada y lo más importante, partidas divertidas y emocionantes.
El tercer juego de Looping Games termina de asentar el estándar de calidad que debería haber en todo producto patrio, enhorabuena.



Seguimos con otro título de producción patria que comparte además tamaño de caja. La temática nos sitúa en la antigua Grecia, en concreto en la primera polis griega que se fundó en la península ibérica, Emporion.
La temática es algo anecdótico y que se transmite principalmente en el arte del juego, mecánicamente estamos ante un juego muy parecido en sensaciones al excelente "Splendor" de Marc André. Vamos a conseguir cartas que nos otorgan unos símbolos que hacen la función de recursos permanentes con los que podremos adquirir cartas cada vez más potentes. Todo esto con el objetivo de conseguir sets de cartas que nos otorguen el mayor número de puntos posibles.
El turno es muy sencillo y consigue un flujo de juego rápido y dinámico. Eliges una de las 5 filas de acción que hay, pero no puedes elegir la misma que eligió el jugador anterior. Sencillo y directo: o compras, o reservas o consigues botines.
Así los jugadores van consiguiendo cartas y obteniendo cada vez más recursos con los que nuevamente comprar cartas más y más provechosas hasta que se acaba la partida. Esto sucede cuando un jugador consigue 18 cartas o cuando no se puedan robar más cartas del mazo de historia.
Emporion es un juego sencillo y cuya mayor virtud es su flujo de juego: rápido y directo. Consigue que te apetezca echar otra partida nada más terminarlo. Podríamos decir que es un hermano pequeño de "Splendor", cajita que se transporta cómodamente y una duración de partida adecuada para lo que ofrece. Quizás flojee un poco en rejugabilidad y en la labor de ilustración nos encontramos con un conjunto irregular.
En resumen, un juego de cartas y set collection ideal para cuando hay poco tiempo de jugar o "rellenador" en quedadas intensivas.

Hasta la próxima vaqueros!!


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